jueves, 19 de noviembre de 2015

Capítulo 3: Espantapájaros de ayer y hoy. Parte 2/4

Érase una ciudad oscura, sucia y humeante…
                                                      
La persona que se llevó al Espantapájaros solo tuvo dos maneras de saber su ubicación, ser parte del staff de seguridad que vigilaba a Crane o que alguno de estos responsables de seguridad le hubiese hecho una filtración. Es entonces cuando Damian decide pedirme ayuda con este caso, es consciente de que yo soy la persona que más se aproximó a comprender la diabólica mente de El Espantapájaros. Fueron muchos los encuentros que tuve con él y muchas las veces que le investigué. Me alegra volver a la acción, no voy a poder hacer lo que siempre me ha gustado, patear los culos de los villanos, pero sí que puedo ayudar a que el nuevo Batman lo haga. ¿Cómo hacerlo? Pues convirtiéndome en su Oráculo.

Sigo viviendo en la mansión Wayne, mi hijo me ha recomendado miles de veces que es un sitio desolador y demasiado grande para una persona como yo. Me dice que debería irme a una residencia de ancianos, siempre me niego. Odio esos sitios, sólo con pensarlo se me ponen los pelos de punta como cuando veía aparecer al Joker en la ciudad. Ya sé que soy un viejo impedido, no hace falta que me lo recuerden diariamente en un asilo. Pese a tener las piernas magulladas, mi mente está tan fresca como siempre. Damian nunca ha querido vivir en la mansión, es demasiado oscura y apartada para él así que lo que quiere es cerrar la comunicación con la Batcueva y venderla, menudo negociador… Ya no tengo a Alfred para que me ayude pero tengo una nueva ayudante que a su vez es la novia del actual Batman, Vicky Vale. Es mis ojos, mis manos y mis piernas, como lo era el señor Pennnyworth. Es una muchacha muy alegre, siempre que ve mis fotos antiguas dice que estaba muy bueno y consigue arrancarme alguna sonrisa, me hace sentir como si volviera a tener 25 años. Como Bruce Wayne fui un playboy, y que una chica tan guapa te lo recuerde siempre es de agradecer.

Con este caso me pondré en la piel de Alfred cuando ejercía de Penny One, el oráculo del Caballero Oscuro. Desde la batcueva buscaré soluciones e informaré de cualquier novedad a Batman y a Damian. Vinculo sus pinganillos con mi micrófono y me dispongo a encontrar a Crane y a su captor, o amigo, todavía no lo tenemos claro. Para empezar le facilito la dirección original de Jonathan Crane a Batman para que vaya a echar un vistazo mientras que Damian va a revisar el libro de visitas de El Espantapájaros en el asilo de Arkham. Hace décadas que el piso está abandonado, lo heredó un sobrino de Jonathan llamado Calvin pero nunca quiso estar vinculado con esa casa, el hecho de pensar que su primo había enloquecido entre esas paredes le hizo rechazarla.

Me sorprende que después de tantos años el gobierno de Estados Unidos no le expropiara el piso. Entro en los registros de propiedad de Gotham a los que sigo teniendo acceso desde que en su día Jim Gordon me lo permitiera por primera vez. Durante los primeros años, Crane fue pagando la hipoteca con sus ahorros pero hace 7 años su cuenta bancaria se quedó en números rojos y el piso quedó pendiente de embargo. Cuando el fiscal del distrito Harvey Dent decidió que lo mejor era internar a Crane en el Asilo de Arkham, éste pagó cantidades inmorales de dinero a los mejores abogados de la ciudad para que le defendieran de sus sádicos crímenes. Pero todo ese dinero tan solo sirvió para reducir su cuenta bancaria.

El día antes de que le embargaran el piso una persona anónima realizó el pago saldando la deuda. Desde entonces esta persona se ha estado haciendo cargo de la hipoteca. Investigo todo lo relativo a esos  pagos pero ningún nombre aparece en los recibos, tan solo consta que se realizan desde una empresa fantasma que ya no existe. Sigo indagando pero tan solo consigo meterme en un espiral de empresas fantasmas, un círculo vicioso. Finalmente en una de ellas encuentro un nombre, un pseudónimo mejor dicho, “el Cuervo del Terror”. En cuanto leo ese nombre me vienen a la mente unos cuantos casos de homicidio en los que el asesino dejaba notas y pintadas con dicho nombre. Lo perseguimos en distintas ocasiones pero nunca pudimos dar con él. ¿Se tratará de la misma persona?

Mientras tanto, Batman entra en la casa de Crane pero allí ya no hay nadie. Pese a ello sí que encuentra distintos indicios de que alguien ha estado allí pocas horas atrás. Descubre material químico en una de las habitaciones, analiza los restos de substancias que encuentra y me los manda. Nuestros peores temores se han hecho realidad, ¡acaban de recrear la toxina del miedo del Espantapájaros!


Continuará…

 

      (1)             En el episodio aparece el nombre de Oráculo, durante un tiempo Barbara Gordon (Batgirl) lo fue. Desvelamos por qué Crane quería ir a su antiguo piso en el anterior episodio, allí quería recrear la toxina del miedo. Esta toxina es la gran invención de El Espantapájaros, saca los peores miedos de quienes se ven afectados por ella. Aparece fugazmente el nombre de Calvin, en el universo de Robot Chicken en el cual se parodian distintos personajes, Calvin es el sobrino de Jonathan Crane.

     Aleix Aranda (@greenlanternBCN)

sábado, 31 de octubre de 2015

Especial Halloween

Érase una ciudad oscura, sucia y humeante…

En el día de hoy haremos un alto en el camino y daremos un salto temporal de tres años para narrar una historia diferente, nos centraremos en un día muy especial para el pueblo norteamericano. Sí, estoy hablando de Halloween, el día en que los niños se disfrazan de monstruos y los jóvenes/adultos se emborrachan en fiestas o cócteles. No hay que olvidar que también es la noche favorita de los criminales. Las calles de Gotham son peligrosas los 365 días al año pero la noche del 31 de octubre ha superado todos los records de criminalidad. Desde que llevo la capucha, no ha habido ni un solo Halloween en el que haya podido celebrar una fiesta o relajarme y ver alguna película de terror. Todos los delincuentes y psicópatas de la ciudad aprovechan para camuflarse entre los disfraces típicos de la festividad de la última noche de octubre para llevar a cabo sus mejores actos delictivos. Admito que Halloween es una fiesta original, pero si no fuera por guardar las apariencias de playboy millonario jamás hubiera celebrado ningún cóctel, y menos ahora, ya estoy viejo para estas cosas. No hay que olvidar que en este día celebramos el día de los muertos y no creo que disfrazarnos de personajes mitológicos o terroríficos sea una forma ética de honrar a nuestros difuntos. En fin, vayamos a lo que nos ocupa.

31 años antes

Otros años por estas fechas estaría patrullando las calles desde las siete de la tarde para adelantarme a los crímenes de los psicópatas de la ciudad. Pero este Halloween es diferente, o eso creo. Mis principales enemigos de la noche de Halloween son El Espantapájaros, El Sombrerero Loco, Solomon Grundy y El Pingüino. Todos parecen estar fuera de las calles, Grundy y El Sombrerero están en Arkham rehabilitándose, Crane desapareció de la ciudad hace unos meses y El Pingüino está en Italia cerrando unos acuerdos de vete tú a saber qué, drogas, armas, prostitución…

Por lo tanto, he pensado que podría quedarme en casa, ponerme Pesadilla en Elm Street y Viernes 13 y darles caramelos a los niños que se acerquen a la mansión. Pero no he sido tan confiado, he dejado a Alfred en la Batcueva controlando los monitores conectados a la red de la Policía por si surge algún imprevisto. Normalmente a los niños les da miedo acercarse a la Mansión Wayne, verla tan oscura y lúgubre les echa para atrás pero en la noche de Halloween todo cambia. ¿Qué mejor lugar para celebrar la fiesta de los muertos que en una mansión “encantada” cerca del bosque? Además saben que tengo dinero y que les daré más caramelos…

Mi amigo Harvey Dent nos ha invitado a Gordon y a mí a su fiesta de disfraces pero he rechazado su invitación por si la cosa se pone fea y tengo que ir a cazar a algún zumbado. El timbre ha sonado por primera vez a las 20:00, eran un niño de unos 10 años con su hermano de 15, ambos iban vestidos de Batman así que ya que iban disfrazados con mi traje les llené las calabazas de chucherías, caramelos y chocolate.

Como Alfred no me ha advertido de ningún peligro me he puesto una de las películas mientras ceno pero el timbre ha vuelto a sonar a las 20:30, he dejado el entrecot a medias y he abierto la puerta, se trata de una voz familiar, es Jonathan Crane, El Espantapájaros con dos mercenarios…

—¿Truco o trato Sr. Wayne? Jajajaja.

Antes de que pueda mediar palabra uno de sus hombres me rocía la cara con un espray. Temía que se tratara del gas del miedo de Crane pero por suerte no era así. Bueno, suerte suerte tampoco, ha vaciado medio bote de espray de pimienta en mis ojos. Me arrastran hasta dentro de la casa y me atan a una silla de pies y manos. Para cuando recupero la vista uno de los hombres de Crane ya me está golpeando las costillas mientras el otro se come mi entrecot.

—Tranquilo Wayne si cooperas y me dices donde está la caja fuerte tan solo te daremos una paliza de muertedice Crane.

—¡No te diré una mierda! —grito mientras recibo otro golpe en las costillas.
Joder este me ha fracturado una, como echo en falta la protección del batraje, sin él los golpes duelen el doble.

—Pero antes, dime donde está el viejo, tu mayordomo —dice Crane.

—Le he dejado descansar, para la gente corriente hoy es un día de fiesta aunque tú y tus amigos no sois corrientes, ¿verdad?, sois unos perros tarados.

Otro golpe, esta vez en el ojo, entre el espray y el puñetazo tengo el ojo derecho medio ciego, debería dejar de chulearle antes de que me den una paliza mayor.

—¿Seguro? No me estarás mintiendo, ¿no? Si lo haces tendré que darte una inyección de mi toxina del miedo, ¿te suena? —dice Crane mientras me enseña las jeringuillas que lleva en el interior de la gabardina.

—Algo he oído sobre tu fórmula mágica… pero te repito que Alfred no está aquí.

—Eso espero, porque si está escondido por ahí, lo encontraré y lo mataré.

Deduzco que Alfred estará viéndolo todo desde la Batcueva e intentará ayudarme cuando llegue el momento, mientras tanto tendré que explorar otras vías de escape.

Me vuelve a preguntar por la caja fuerte y por la combinación que la desbloquea, se lo acabo contando para evitar que me vuelvan a golpear pero le doy una clave errónea, una clave que me conviene que sepan. Hace años instauré un mecanismo de seguridad en la caja, si alguien escribe como contraseña la palabra WAYNE se activa una toxina anestésica que deja inconsciente al ladrón durante unas cuantas horas. Adivinad que contraseña le he dado. W-A-Y-N-E

Mientras uno de sus hombres va a saquear la caja fuerte intento distraer a Crane para que tarde más en caer en la cuenta de que su hombre tarda demasiado y de que ha caído en mi trampa.

—¿Por qué haces esto Crane? ¿Atracar una mansión? Creía que eras un delincuente a gran escala, que lo tuyo era aterrorizar a la gente y desvalijar bancos.

—Cállate necio, hace unos meses Cobblepot, El Pingúino,  me lo quitó todo en una partida de póker en el casino Iceberg, ese perro tramposo me hizo darle hasta la última moneda e intentó matarme. Tuve que irme de la ciudad pero ahora he vuelto y estoy reuniendo dinero para un plan mayor. ¿Y, que hay mas sencillo que quitárselo a un ricachón como tú?

Eso explica por qué no me he encontrado con El Espantapájaros en los últimos meses.

—¡Tú! Ve a ver por qué tarda tanto el inútil de tu compañero —le ordena a su sicario.

Se acabó el tiempo, me he deshecho de uno de ellos pero en cuanto lo descubran estoy bien jodido…

Cuando regresa el mercenario de la habitación en la que está la caja fuerte le cuenta que su compañero está inconsciente, noto como Crane se convierte en El Espantapájaros, como la ira se apodera de sus pupilas. Saca de su gabardina una jeringuilla y me la clava en el brazo izquierdo. Ahora sí que se trata de la toxina del miedo. Siento como toma el control de mi psicomotricidad y como empieza a trastocar mi mente. Mientras lucho por mantener la compostura y el equilibrio me desatan para llevarme hasta la caja fuerte, no recuerdo como consiguen sonsacarme la contraseña, la cuestión es que consiguen meter todo el dinero en bolsas. Es entonces cuando veo aparecer a Alfred, mi mayordomo, con su viejo revolver de la guerra de Vietnam. Intercambia unos pocos disparos hasta que se lo carga con la última bala. Aprovechando que el tambor del revolver de Alfred estaba vacío Crane consigue golpearle con una figura africana que ha cogido de una estantería. Mi fiel amigo y mayordomo cae inconsciente en el suelo mientras yo sigo delirando y retorciéndome a causa de la toxina del miedo.

El Espantapájaros coge una de las bolsas llenas de dinero e intenta huir de allí pero consigo agarrarlo de la pierna para impedir que se vaya. Mientras trato de acabar con mis miedos le golpeo tres o cuatro veces en el rostro pero finalmente consigue escapar con un par de fajos de billetes. Los efectos de la pócima secreta de Crane están lejos de finalizar, oigo a mi padre decirme que se avergüenza de mí desde el más allá, mis miedos son reales. Alfred recupera el conocimiento y se incorpora...

—¿Está usted bien Sr. Wayne? —pregunta Alfred mientras maldice  no tener una pistola semiautomática de más de seis balas.

Antes de que pueda contestarle vuelve a sonar el timbre por tercera vez aquella noche. Me asomo por la ventana y veo a dos asesinos en serie, corro hasta el teléfono y llamo a emergencias suplicando que manden dos patrullas policiales a la mansión ya que Freddy krueger y Jason Voorhees quieren entrar en mi casa.

Al día siguiente me despierto en el hospital, los efectos de la toxina del miedo han desaparecido y caigo en la cuenta de que no se trataba de Jason y Freddy sino de dos niños disfrazados pidiendo caramelos.

FELIZ HALLOWEEN

    (1)         A lo largo del especial nos encontramos con un sinfín de guiños y personajes relacionados con el Caballero Oscuro. El Espantapájaros, El Sombrerero Loco, Solomon Grundy o El Pingüino son los personajes que intentan acabar con Batman en Halloween en las historias de El largo Halloween o Caballero Maldito de Jeph Loeb y Tim Sale. Jonathan Crane es la verdadera identidad de El Espantapájaros, el creador de la toxina del miedo. Esta toxina es un compuesto que consigue sacar tus mayores miedos. Uno de los miedos de Bruce Wayne (Batman) es la posible desaprobación de sus padres fallecidos tal y como vemos en Batman: The Animated Series. Freddy es el protagonista de Pesadilla en Elm Street y Jason lo es de Viernes 13. Harvey Dent uno de los mejores amigos de Bruce se acaba convirtiendo en el villano Dos Caras.

     Aleix Aranda (@greenlanternBCN)


                                   Imagen de algunas de mis figuras de Batman junto a la calabaza de Halloween

lunes, 28 de septiembre de 2015

Capítulo 3: Espantapájaros de ayer y hoy. Parte 1/4

Érase una ciudad oscura, sucia y humeante…

Como os comenté el otro día, mi hijo, habitual colaborador de Batman, me contó que había un nuevo enemigo en la ciudad, un imitador de Jonathan Crane (el Espantapájaros) que había conseguido la fórmula de la toxina del gas del miedo que Crane había compuesto décadas atrás. ¿Cómo es eso posible? Pues gracias al buen karma del nuevo alcalde de la ciudad.

Desde que conseguí acabar con todos los psicópatas y con las mafias de Gotham, la ciudad había pegado un cambio increíble. Se limpió el sistema político-judicial al 100% y políticos honrados condujeron a la ciudad hacía la prosperidad. Gotham se había convertido en una ciudad cosmopolita, todo un referente tecnológico y cultural. Una ciudad líder en cuanto a protección medioambiental con bajos índices de contaminación.

Pese haber conservado la arquitectura gótica que encontrábamos por la ciudad (la comisaria) y otros lugares emblemáticos como el gran laberinto, la ciudad se había convertido en lo que era Metropolis en mi juventud, demasiado artificial y fría. Para mí siempre sería mi ciudad oscura, sucia y humeante. Hace unos meses el alcalde se retiró ofreciendo su cargo a Andrew Jones que obtuvo el plebiscito popular y se convirtió en el nuevo alcalde. Era joven, mantenía el pensamiento progresista de su predecesor pero fue más allá.

Estoy seguro que tras ésta capa artificial de prosperidad continúa estando la ciudad que yo conocí. Sé que Gotham, tras muchos disgustos, consiguió luchar a mi lado para combatir el crimen y la maldad que cubría sus calles, aprendió a defenderse, y me enorgullezco de ello. Pero lo que un día fue plata siempre será plata aunque lo barnices de oro, ¿sabéis a lo que me refiero? Continuaba habiendo bandas callejeras y droga en los parques pero como estaba controlado se permitía. No se podía aspirar a acabar con todo eso pero es un buen ejemplo para que veamos que Gotham es lo que es.

El alcalde Jones quería seguir demostrando que Gotham había dejado atrás su oscuro pasado y que estaba recuperada al 100%. Su gran iniciativa era liberar a los psicópatas “rehabilitados” del asilo de Arkham que capturé a lo largo de mi juventud para que pudieran vivir sus últimos años en libertad. Empresas Wayne, con Damian a la cabeza, se opuso categóricamente a esta descabellada idea. Pero, por otro lado, las demás élites económicas que controlaban la ciudad respaldaron al alcalde y la propuesta tiró hacia delante. Jones era un buen hombre, una persona de buena familia que nunca había vivido los improperios de la ciudad. Era inocente e inconsciente, quería olvidar el pasado pero a veces, aferrarse al pasado puede ayudar a construir un futuro mejor.

Para no perder la confianza de los votantes que no estaban de acuerdo con la iniciativa decidieron empezar con un solo paciente y si todo salía bien lo harían con más, otro error, todos esos psicópatas eran distintos entre sí, no eran predecibles. Decidieron empezar con uno que ya estaba “rehabilitado”, el Espantapájaros. Hace unos años, cuando mis piernas todavía no estaban tan maltrechas iba de vez en cuando al asilo para ver cómo estaban los psicópatas que había conseguido meter allí junto a mi equipo. Muchos habían fallecido, otros habían ingresado en la prisión de Blackgate y los que seguían allí continuaban teniendo sus problemas mentales. La última vez que fui al psiquiátrico de Arkham, pude ver a un Crane muy debilitado, ya no parecía el asesino despiadado que es. Pero sus ansias de hacer sufrir a los ciudadanos y mostrar sus miedos seguía muy viva en sus oratorias.

Una vez fuera, los asistentes sociales trasladaron a Crane hasta su nuevo piso de protección oficial. Insistió en que no quería estar allí, quería regresar al piso que había comprado en su juventud pero no se le concedió ese derecho. Tan solo podía salir a la calle acompañado de un agente de seguridad y a las horas predeterminadas. Además, solo podía recibir una visita por semana, pero sabiendo que no tenía ninguna amistad no esperaban que nadie fuera a verlo. El alcalde estaba convencido de que todo era seguro y que no habría ningún problema, se equivocaba.

Pasaron unas semanas y todo parecía tranquilo, la seguridad descendió y el alcalde ya había comparecido en rueda de prensa para alardear del éxito de su iniciativa. Pero el día menos pensado alguien irrumpió en el piso franco del Espantapájaros matando a sus dos agentes de seguridad y llevándose a Crane. Las cámaras de seguridad sirvieron de poca ayuda a la policía ya que quien se había llevado a Crane lanzó una granada de humo cubriendo la habitación de una espesa niebla. ¿Cómo era posible que alguien supiera dónde estaba Crane?

Continuará…

 
  
     (1)             Al inicio del episodio nombro lugares de Gotham como el laberinto o la comisaría que están presentes en multitud de historias del Caballero Oscuro. Metropolis es la ciudad en la que vive Superman, caracterizada por ser luminosa e innovadora, a Batman no le gusta, nunca se ha sentido bien allí, él encaja en lugares oscuros en los que se pueda ocultar y atemorizar a los villanos. “aferrarse al pasado puede ayudar a construir un futuro mejor”-Leslie Thompson en Caballero Maldito de Jeph Loeb y Tim Sale. Jonathan Crane es el Espantapájaros.

     @greenlanternBCN

jueves, 3 de septiembre de 2015

Reflexión del segundo capítulo, avance del tercero y making off

Ya tenemos finiquitado éste segundo capítulo en el que hemos visto al “Viper” en acción, hemos seguido viendo las acciones delictivas de Falcone y cómo poco a poco va perdiendo fuerza en la ciudad. También hemos sido testigos de un cambio importante en la personalidad y en el modus operandi de Bruce Wayne-Batman. El propio Bruce Wayne dice al final del relato: “dejé de ser Batman, el protector de los ciudadanos, para ser el Caballero Oscuro, el justiciero de la ciudad”.

Además hemos continuando viendo más personajes de la cultura del hombre murciélago como Tommy Bones, Barbara Gordon (uno de los personajes más carismáticos e importantes dentro del Universo de DC Comics con su papel de Batgirl o El Oráculo), Harvey Bullock (compañero de Gordon  y habitual de la policía de Gotham), Damian Wayne… Y nos hemos adentrado más en la personalidad de algunos personajes cómo el inspector Gordon.

He dejado entrever que en futuros episodios el “Bat-equipo”, formado por Alfred y Batman por el momento, incrementará con el objetivo de hacer frente a más delincuentes y poder salvar a más habitantes de Gotham. Pero esto llegará en unos meses, antes veremos al Batman del futuro hacer frente a distintos peligros junto al Bruce Wayne anciano en el tercer capítulo que llevara como nombre “Espantapájaros de ayer y hoy”. Éste será el relato más arriesgado que he escrito hasta el momento, no digo que sea más complicado de escribir ni mejor que los otros sino que es más complejo. Los que he escrito hasta el momento se basan en el Batman que vemos en los cómics regulares de Batman, haciendo frente a enemigos (unos reales y otros de cosecha propia) más o menos típicos del murciélago. Pero en éste capítulo tiraré de imaginación propia en casi todos los aspectos del relato ya que veremos la Gotham del futuro en la que todo ha cambiado. Sé que existen cómics en los que se relatan historias de un Batman futurista como “Batman Beyond” pero no les he querido echar ni un vistazo para no descubrir tramas o personajes similares. Obviamente, debe de haber cosas similares pero quiero dejar claro que nunca he plagiado nada de esas historias por lo tanto cualquier parecido con esa obra es pura coincidencia. Siempre he dejado claro que me gusta incorporar historias clásicas de Batman en mi pequeña novela pero nunca haciéndolo de manera literal sino a modo de homenaje tal y como dejo escrito en los apéndices de cada capítulo.

Dicho todo esto (que no es poco) quiero centrarme en el dibujo de mi amigo Lucas Liesa que ha estado acompañando todas las partes a lo largo de éste segundo capítulo. Cuando empecé a escribir estas historias pensé que sería genial poder colaborar con un dibujante que ilustrara parte del relato. De ésta manera yo tendría un espacio para escribir mis historias y él otro espacio para poder publicar sus alucinantes dibujos. Y así fue, cuando le comuniqué a Lucas la iniciativa me comentó que le encantaría y que en cuanto pudiera se pondría con la ilustración. De esta manera hemos podido crear ésta colaboración que seguiremos viendo en futuros episodios. Quería darle las gracias a Lucas por su trabajo/esfuerzo y a todos los lectores y personas que me habéis ayudado a difundir el blog por Twitter. Recordaros que me podéis dejar cualquier duda o aclaración en la zona de comentarios y podéis seguir las novedades del blog y del mundo del cómic en mi Twitter @greenlanternBCN. Por último os dejo con el making off de la ilustración de Lucas Liesa (lucas_ftp en Instagram).

Aleix Aranda







domingo, 9 de agosto de 2015

Capítulo 2: El retorno del “Viper”. Parte 3/3

Érase una ciudad oscura, sucia y humeante…


La situación se iba complicando por momentos, no les podíamos devolver la droga así como así, “somos” la autoridad de la ciudad, no nos podemos achantar ante una situación como esta. Tenemos pocas opciones, o cedemos o nos enfrentamos a ellos. Pero si lo hacemos se derramará sangre y eso es exactamente lo que trato de evitar. Razonar con ellos no es una opción, Bones es demasiado orgulloso como para llegar a un acuerdo beneficiario para todos, sabe que con el ejército irracional que tiene a sus espaldas tiene ventaja, pegarán, robarán y matarán a todo lo que se mueva. La única forma de acabar con esta situación es conseguir dejarles inconscientes, sin matarles a poder ser, pero claro, andarse con miramiento y ética en estos momentos tampoco es lo mejor. Gordon no puede razonar en estos instantes, está viendo como uno de esos monstruos está estrujando el hombro de su “niñita”, está a punto de desenfundar su arma y hacer que corra la sangre. No tengo manera de parar esto así que si hay que luchar lucharemos.

Antes de que me dé cuenta, uno de ellos aprieta el gatillo del lanza granadas impactando en la puerta de entrada a la comisaría matando a tres agentes y esparciendo los cristales de las ventanas en mil virutas hiriendo a otros dos policías. En ausencia del cobarde del comisario Loeb, Gordon ordenó a sus compañeros que abrieran fuego pero de manera cautelosa ya que su hija y otros civiles podían salir heridos en el fuego cruzado. El Comisario Gillian B. Loeb ni estaba, ni se le esperaba. Por todos era sabido que era un cobarde sin ninguna preparación para el cargo y que estaba siendo chantajeado por Falcone, otro corrupto… A los mercenarios de Falcone no hace falta que Bones les ordene nada, empiezan a disparar instintivamente. 

Entre todo ese fuego cruzado no tengo ninguna opción, tengo que tratar de cogerlos desprevenidos. Me deslizo por las fachadas de los edificios circundantes hasta colocarme detrás de ellos sin que nadie me vea, consigo reducir a tres mercenarios antes de que los demás se me echen al cuello como si de bestias hambrientas se trataran. Sigo luchando hasta que noto que el bat-traje no puede protegerme de ningún disparo más, entumecido por los golpes consigo alzar la “batgarra” y escapar a lo alto de uno de los edificios colindantes, estaba tan mareado que no recuerdo ni a cual. Desde las alturas contemplé la situación, un espectáculo deleznable, una batalla campal que se desataba en una ciudad civilizada (si es que a Gotham se la puede llamar civilizada…) en pleno siglo XXI. Pensé que si acababa con Bones, los rebeldes quedarían desorganizados y tendríamos una oportunidad. Me acerqué lo máximo que pude y le lancé un batarang, conseguí acertar en la frente de mi objetivo que se desplomó en el suelo. Barbara, la hija del comisario Gordon que estaba junto a Tommy Bones salió corriendo y se resguardó en la entrada de metro que estaba tras ellos, no pude sacarla de allí, confié en que estuviera a salvo.

Contrariamente a lo que había planificado, los mercenarios controlados por el “Viper” de Falcone continuaron luchando como si no hubiera pasado nada. Cada vez avanzaban más, ya estaban cerca de la entrada a la comisaría. Los agentes iban cayendo uno tras otro, en una proporción mucho mayor. Por primera vez desde que me enfrenté al Joker me sentí frustrado, inútil. No podía hacer nada para evitar que tantos hombres perdieran la vida sobre la calzada de mi ciudad.

Todos los gases y granadas aturdidoras que Gordon y sus compañeros habían lanzado no habían servido de nada ya que todos iban equipados con máscaras anti-gas. Fue Alfred quién consiguió darme un rayo de luz esperanzador, había estado buscando soluciones en la Batcueva durante toda la noche y al fin, había dado con un posible remedio. Una de las divisiones de Empresas Wayne había estado trabajando en una sustancia anestésica experimental. No era un gas que hacía efecto al ser inhalado, ni una vacuna que lo hacía a través de la aplicación intravenosa sino que hacía efecto a través de la administración cutánea. Logrando que la sustancia contactara directamente con la piel, las partículas anestésicas entrarían por los poros dejando inconscientes a los sujetos. Si realmente funcionaba, era la solución perfecta. Podríamos dormir a los rebeldes sin tener que matar a nadie más.

Alfred se había dirigido a los laboratorios de Empresas Wayne para recoger todos los frascos disponibles con esta composición, inicialmente se negaron a hacerlo hasta que mi mayordomo les dijo que eran órdenes del propietario, Bruce Wayne, mi verdadero yo. Mientras la lucha encarnizada continuaba Alfred me acercó los recipientes hasta el edificio trasero. Había la cantidad justa así que el margen de error era mínimo. Conseguí lanzar los frascos y esparcir la toxina por todo el suelo por donde avanzaban los mercenarios. Durante los primeros segundos no hizo efecto y temí lo peor pero finalmente, fueron cayendo uno a uno hasta que tan solo quedó una calle llena de cuerpos inconscientes o inertes de vida. La composición también alcanzó a varios policías dejándolos inconscientes, espero que no tengan ningún efecto secundario…

Acto seguido los policías que continuaban con vida se acercaron para esposar a los mercenarios y llamar a ambulancias para que atendieran a los heridos. Desde que había empezado la batalla no había vuelto a ver al inspector Gordon. Tras un rato buscándole le encontré herido en el suelo tras una columna, había recibido dos disparos, uno en la pierna y otro en el abdomen, escaneé las heridas y me tranquilicé al ver que las balas no habían alcanzado ningún órgano vital y que se recuperaría tras recibir la atención pertinente. Antes de que se lo llevara la ambulancia recuperó la consciencia y me preguntó por su hija. Había olvidado que se había resguardado en el metro. Fui a ver si todavía se encontraba allí. Estaba sentada en las escaleras, al verme, creyó que era uno de los hombres de Falcone y trató de golpearme, por poco no puedo pararla, su padre la ha entrenado bien. Cuando comprobó que era yo, me abrazó desconsolada. La llevé junto a su padre, Gordon me lo agradeció y ambos marcharon hacia en hospital. Barbara, a quién Jim llamaba su “niñita”, era una chica de 17 años que había sufrido mucho a lo largo de su vida pero había aprendido a ser fuerte frente a las injusticias de la vida, se recuperará.

Cuando las aguas volvieron a su cauce y el escenario del crimen (por así llamarlo) se llenó de periodistas desaparecí. A los pocos minutos llegó el comisario Loeb para comparecer ante los medios. Intentó hacerse el héroe y alabar su tarea y la de sus chicos pero quedó desacreditado ya que todos los testigos, policías… habían afirmado que el comisario les había dejado en pañales, no había aparecido en todo el combate y no había enviado a los “SWAT”. Quedó desenmascarado, la ciudadanía vio que era un mero títere de Falcone. A los pocos días dimitió. El cuerpo de policía, los sindicatos… propusieron como comisario a mi amigo Jim Gordon, que había salido muy beneficiado mediáticamente. Cuando se recuperara de los disparos decidiría si aceptaría el puesto.

A la mañana siguiente el departamento de narcóticos consiguió incautar y retirar todo rastro del “Viper” de las calles, muchos ciudadanos que habían comprado la droga por cuantiosas cantidades de dinero fueron a comisaria a entregarla, después de lo que habían presenciado la noche anterior a nadie le apetecía sufrir sus efectos.

A lo largo de la semana se programaron distintos actos para presentar los respetos a las familias de los policías y civiles fallecidos, había sido un duro golpe para la ciudad. Varios de los atacantes de Falcone no formaban parte de su banda ni eran mercenarios sino chicos que habían consumido la droga y habían sido manipulados. Al recuperar la conciencia y saber lo que habían hecho, pese a que no eran conscientes de sus actos, entraron en una profunda depresión.

La prensa alaba a Batman como a un superhéroe, por primera vez desde que llevo la capucha la opinión pública me respalda. Me alegra ver que todo lo que sacrifico se ve recompensado en forma de afecto por parte de los ciudadanos. Pero realmente la gran parte del mérito era de Alfred ya que fue él quien solucionó la situación. Mi álter ego, Bruce Wayne también fue aclamado ya que “tuvo” la idea de entregarle a Batman la composición anestésica que salvó la ciudad (que paradoja, yo salvo la ciudad porque me entrego a mí mismo una cosa que me permite salvar la ciudad). Pese a ello me quedo con un sabor muy amargo, es un duro golpe para Falcone pero el crimen vuelve a vencer, les he fallado a todos esos policías y civiles…

El Presente

Aquella fue la primera vez que Batman como protector de la ciudad adquirió importancia, ocupé las portadas de la prensa de toda la ciudad, incluso las de la prensa nacional. Mis hazañas eran reconocidas, en ese momento el Batman que conocíamos empezó a cambiar, no podía cumplir lo que prometía, salvar a todas los habitantes de Gotham. La ciudad se conformaba con lo que habíamos conseguido pero la realidad es que aquella noche decenas de personas perecieron. No es que no sea suficiente haber neutralizado el ataque de la “víbora-Falcone”, pero yo lucho por proteger la ciudad y a todos sus ciudadanos y no lo conseguí, por tanto, fue una derrota. Ese día me di cuenta de que mi pensamiento idealista era imposible de conseguir por mí mismo. Alfred siempre me decía que cuando me convertía en el hombre-murciélago era un filósofo utópico. Me di cuenta de que no podía jugar a ser Dios, de que tan solo era un "policía más”. Mis aspiraciones no podían ser tan elevadas, no podía salvar a una ciudad que en su mayoría no quería ser salvada. Tenía que dejar que Gotham fuera quién escogiera mi papel en la lucha contra el crimen organizado, lo hice. Después de aquélla noche dejé de ser Batman, el protector de los ciudadanos, para ser el Caballero Oscuro, el justiciero de la ciudad. Para poder proteger a más ciudadanos necesitaba a más gente a mi lado, un equipo Batman. En fin, dejemos por un tiempo tranquilos a los fantasmas del pasado que en ocasiones también deben descansar.

Ahora debo centrarme en el aquí y el ahora. Por primera vez en años me siento útil, mi hijo y el nuevo Batman necesitan los conocimientos de éste anciano experimentado para acabar con el imitador del Espantapájaros. 

Continuará en “Espantapájaros de ayer y hoy”

 
  

    (1)             En esta ocasión seguimos viendo a Barbara Gordon que cada vez tiene más peso en la colección. Para su padre ella es “su niñita” tal como vemos en el videojuego Batman Arkham Knight. El Comisario Gillian B. Loeb está presente en las películas de Batman de Christopher Nolan, también es corrupto y fue asesinado por el Joker. Finalmente, vemos distintos artefactos que utiliza el Caballero Oscuro a lo largo de su historia como el batarang y la bat-garra.


Aleix Aranda (@greenlanternBCN) a las teclas
Lucas Liesa (@2Ldesigns) a los lápices



lunes, 13 de julio de 2015

Capítulo 2: El retorno del “Viper”. Parte 2/3

Érase una ciudad oscura, sucia y humeante…

Antes de tratar de dejar las calles limpias de drogas debo buscar y eliminar el “epicentro de la epidemia”, los laboratorios donde los hombres de Falcone elaboran la droga. Sumando todas las veces que he investigado a Falcone, nunca he encontrado ningún laboratorio ni sala en la que los químicos puedan “cocinar” las drogas. Mejor dicho, desconocía que Falcone era autosuficiente en la producción de estupefacientes. Siempre creí que la importaba de Italia o de Sudamérica pero ya veo que me equivocaba. El único sitio en el que podría tener las instalaciones necesarias para el proceso químico es en los polígonos industriales que tiene a las afueras de la ciudad.

Me dirijo hacia allí con mi detector de toxinas que acaba de desarrollar “Wayne Technologies”. Es complicado encontrar algo en esos almacenes, los he registrado en otras ocasiones y nunca he encontrado drogas. Lo primero que veo al llegar es el coche del hombre de moda entre los mafiosos, Milos Grapa, la mano derecha de Falcone. En el Ford Escort no hay nadie, debe de estar dentro. Me cuelo por el tejado para echar un vistazo al interior de la sala pero allí no hay nada, todo está oscuro y vacío. No detecto ningún índice tóxico en la sala pero sí que capto algo en el subsuelo. Éste sitio debe tener una planta baja y allí debe de estar el laboratorio. Mientras busco sin éxito una escalera o ascensor por el que descender, empiezo a oír voces, alguien está subiendo. En efecto, Milos Grapa emerge tras la pared que tiene doble fondo, al traspasarla llegamos a una sala secreta, la cual se abre con un mecanismo. Dejo marchar a Grapa y a su guardaespaldas y me dispongo a inspeccionar la zona.

La imponente luz artificial del laboratorio me ciega la vista impidiéndome vislumbrar nada. Al cabo de unos segundos vuelvo a echar un vistazo y lo que veo me deja sin palabras. Las instalaciones son espectaculares, toda una planta repleta de tecnología puntera y de cajas repletas de mercancía esperando ser recogidas. Incluso veo varias máquinas que usamos en Químicas Wayne que supuestamente eran exclusivas para nosotros. Le notifico a Alfred todo lo que he descubierto y me dispongo a detener a todos los que estaban allí presentes. Reduzco a los tres guardias de seguridad y retengo a los cuatro investigadores que aún estaban trabajando pese a que acababan de sonar las tres de la madrugada. Debería llamar al inspector Gordon pero sé que hoy es su día libre, él también ha trabajado duro en los últimos meses, le dejaré descansar. Llamo a Harvey Bullock, el compañero de Jim. No es santo de mi devoción, es un engreído, pero sé que es de fiar. Se llevará todo el reconocimiento popular al incautar la droga y cerrar estos laboratorios, no es algo que me guste pero es lo que tiene ser Batman, guardián en las sombras.

En apenas diez minutos varias patrullas policiales aparecen en el polígono para llevarse a comisaria a los hombres de Falcone que les he dejado allí, para requisar toda la droga y precintar el recinto.

Jim Gordon se entera inmediatamente de todo lo sucedido y decide dejar su día libre para otro momento. Ha encendido la batseñal en el cielo oscuro y humeante de Gotham, parece que esta noche sea más intensa que la propia luna. No sé qué tendrá preparado para mí, acaban de llevarse todas las pruebas y los “regalitos que les he dejado” así que no han tenido tiempo de revisar nada. Pero no importa, acudiré igualmente ¿acaso tengo algo mejor que hacer? Me monto de nuevo en el batmovil y a mitad de camino la fría luz que ocupaba el cielo estrellado de la ciudad desaparece. En el tiempo que llevo en este “trabajo” nunca había pasado nada similar. No puede ser un error, a la señal solo tiene acceso Gordon, esto no me gusta. Aumento la velocidad del coche hasta que llego a la esquina trasera de la comisaría, no veo nada extraño pero sí que oigo gritos en la otra parte del edificio, en la entrada principal. Subo a través de las gárgolas de la vieja comisaría hasta que consigo vislumbrar lo que sucede en la entrada. Mis peores temores se acaban de hacer realidad.

Un grupo de 30 hombres bajo la influencia de Falcone estaban formando frente a las puertas del edificio como si de una legión romana se tratara. Por el aspecto que tenían era obvio que estaban bajo los efectos del “Viper”, el único que parecía estar cuerdo era el cabecilla del grupo, Tommy Bones, uno de los hombres más importantes de Falcone. Lo podríamos catalogar como su asesino personal, se encargaba de los trabajos de mayor exigencia. Destacaba por sus conocimientos militares y estratégicos, por ello era el planificador de los actos de la mafia de “El Romano”. Estaba a punto de actuar cuando de repente el delincuente se dispuso a hablar, pedía que se le entregara toda la droga y el material incautado hacía apenas una hora y que si no atendían a todas sus exigencias aquello se convertiría en una batalla sin precedentes en la ciudad de Gotham. Pero eso no era lo peor, Bones tenía guardado un último as bajo la manga, había secuestrado a Barbara, la hija del inspector Gordon. Era una situación realmente crítica, de las más exigentes a las que me había enfrentado, si no medía mis actos con precisión la noche acabaría realmente mal para todos.

Continuará… En breve, un número doble que pondrá fin al 2º capítulo
  
 
     (1)             En esta parte entra en escena Harvey Bullock, el compañero de Gordon. Ha aparecido en multitud de historias en diferentes medios. También aparece uno de los personajes más importantes del grupo vengador de Gotham, Barbara Gordon, no es solo la hija adolescente del inspector Gordon, es la mismísima Batgirl y el Oráculo de Batman cuando queda impedida. Finalmente, aparece Tommy Bones, un asesino de la mafia de Salvatore Maroni en la serie televisiva de Gotham.


Aleix Aranda (@greenlanternBCN) a las teclas
Lucas Liesa (@2Ldesigns) a los lápices



martes, 30 de junio de 2015

Capítulo 2: El retorno del "Viper". Parte 1/3

Érase una ciudad oscura, sucia y humeante…

Ya es domingo, otra semana que finaliza, apenas quedan unos pocos días para que lleguen las Navidades… Nunca he sido de festejar este tipo de cosas, supongo que las situaciones que se han dado en mi vida me han impedido celebrarlas con ilusión. Una ilusión que se desvaneció junto a la  vida de mis padres en aquel callejón cuando no tenía ni diez años. Ahora no es que haya cambiado mi opinión respecto a estas fiestas, ni muchísimo menos, pero por lo menos sí que he recuperado una ilusión, la de la familia. El “espíritu navideño” hace que mi hijo y mis nietos estén más felices que nunca y que vengan más a ver al abuelo Bruce. Así que ya que se interesan más por mí se lo agradezco con una o dos sonrisas, tampoco es cuestión de derrochar, vaya hasta me vuelve mi irónico sentido del humor.

Hoy viene Damian, mi hijo, para llevarme a dar un paseo por el parque y charlar un rato. Sé que todos os estaréis preguntando si Damian es el nuevo Batman del que os hablé en el capítulo anterior, siento desilusionaros pero no, al parecer la capa de Batman no se transfiere de generación en generación como las empresas. La capa no la ha querido heredar pero las empresas ¡vaya! que sí, no sabe nadaPese a haber crecido y madurado, siempre ha mantenido esa picardía y rebeldía que mostraba en los tiempos en los que era mi compañero Robin. Pese a no haber heredado la identidad de Batman sí que colabora con el nuevo Caballero Oscuro, le ayuda en algunos casos y le subministra todo el equipamiento que diseñó para mí en su día Lucius Fox, con alguna modernización, claro está.

Damian me cuenta que hace poco descubrió una toxina con una composición muy similar a la que usaba el Espantantapájaros en mis tiempos, podría ser un imitador…  Mi experiencia respecto a Crane sería de gran ayuda para Batman, así que he decidido asesorarle, pero ya seguiremos con este caso en unos días porque todo esto de la toxina me ha inspirado para relatar el siguiente episodio de mis memorias, en el que otra toxina, el “Viper”, es la protagonista.

35 años antes

Ya estoy de vuelta, éste pequeño viaje a Bermuda me ha sentado realmente bien, necesitaba cargar las pilas antes de volver a la acción. Hasta el “Guardián de Gotham” necesita tomarse un respiro y apartarse unos días porque si no lo haces, Gotham te consume volviéndote tan loco como a Edward Nygma, Jonathan Crane y cía.

Alfred me pone al día sobre todo lo sucedido en la ciudad durante mis vacaciones, nada de lo que la policía no se haya podido ocupar. Lo imaginaba, si hubiese pasado algo grave, Alfred me lo hubiese notificado inmediatamente. En cuanto a lo referente a mi compañía, Empresas Wayne, está todo correcto, no ha perdido credibilidad tras lo acontecido hace unas semanas. Tan solo hay una cosa que ha inquietado a mi mayordomo en mi ausencia, se han registrado diversos casos de violencia incontrolada en los que el “Viper” mejorado que descubrimos en el asilo de Arkham podría tener algo que ver.
Si la nueva droga se sigue comercializando por los callejones de Gotham la vida de muchos ciudadanos puede quedar destrozada. Hay que actuar ya, antes de que se siga expandiendo y de que se vuelva incontrolable como si de una epidemia contagiosa se tratara.

Hace un año, aproximadamente, Stan Potolsky, un ingeniero químico, enloqueció y creó el Viper que se expandió por Gotham gracias a los narcotraficantes callejeros de Falcone. El citado profesor contrató los servicios del mafioso para vender la droga a cambio de una parte del pastel. Los efectos de la droga eran escalofriantes, en el tiempo que duraban, los consumidores mostraban una fuerza descomunal fuera de los límites humanos, una violencia innata en ellos que no podía ser frenada y una modificación de su ADN y de su metabolismo de manera que una vez pasaban sus efectos, los consumidores fallecían. Durante los días en los que el “Viper” estuvo correteando por la ciudad los daños humanos y materiales fueron enormes. Varios policías fallecieron al intentar lidiar con estas personas convertidas en criaturas irracionales. Después de trabajar codo con codo junto a la policía de Gotham conseguimos retirar la droga de las calles y acabar con ella, o eso creíamos.

La droga ha regresado con una composición similar pero con unos efectos diferentes. Ya no mata a sus compradores ni les triplica la fuerza pero les sigue aumentando la agresividad. Aunque lo que más me preocupa de la nueva composición es que crea a sus consumidores unas alucinaciones que hacen que sus mentes puedan ser manipuladas. Como ya vimos con el francotirador que se suicidó en el juicio de William Earle (véase el 1r capítulo) les convierte en auténticos mercenarios, sin mente, incapaces de razonar. De esta manera, Falcone puede crear todo un ejército de delincuentes sin que nadie se dé cuenta.

Continuará… 
 
 
    (1)    En este episodio encontramos el nombre de Lucius Fox que fue el encargado de equipar a Batman correctamente y de entregarle el Batmovil, le hemos visto en la trilogía de Christopher Nolan de El Caballero Oscuro interpretado por Morgan Freeman y en multitud de historias del personaje. Stan Potolsky fue el creador de la sustancia protagonista en este episodio en la serie televisiva Gotham. A Damian, el hijo de Bruce Wayne y Talia al Ghul, desde su primera aparición oficial en 2002 le hemos visto regularmente en las historias de DC encarnando a Robin.


Aleix Aranda (@greenlanternBCN) a las teclas
Lucas Liesa (@2Ldesigns) a los lápices



                                                       Ilustración realizada por Lucas Liesa en exclusiva para el blog